Dios
se hizo hombre y habitó entre nosotros. ¡¡Qué gran alegría!!
Celebramos la redención del hombre gracias a la presencia y entrega de Dios.
Celebramos la redención del hombre gracias a la presencia y entrega de Dios.
La
Iglesia lleva la Buena
Nueva por todo el mundo y queremos dedicar unos días a
contemplar el misterio de La
Encarnación del Hijo De Dios. "Cristo nos ha nacido,
venid adorémosle".
La
contemplación de la humanidad de Jesús y el misterio de la Navidad nos da grandes
lecciones para vivir en nuestras vidas. La Virgen María nos da
al mundo su Hijo, lo envuelve en pañales y le recuesta en el pesebre, mientras
José rodea al Niño de su ternura y cuidados paternales como si fuera hijo suyo.
Es
muy interesante esta visión. Así como hay padres que adoptan hijos, Jesús
adoptó un padre en la tierra, llamado José. Recordamos las palabras de María
"¡Hijo mío, tu padre y yo te andábamos buscando!" Qué difícil debió
ser el papel de esos padres que agarrados a la fe escucharon la voz de Dios a
través del ángel, muchas veces sin comprender el porqué. Su huída precipitada a
Egipto por culpa de Herodes y la posterior retirada a Nazaret, como migrantes
de hoy que lo dejan todo.
Qué
auténtica entrega amorosa por parte de cada miembro de la sagrada familia.
María y José fueron vislumbrando poco a poco el misterio de la vida de Jesús
manteniéndose fielmente unidos a El. Jesús obedecía a su madre y su padre y
permanecía junto a ellos que fueron sus primeros educadores.
En
todos los hogares cristianos debería haber un nacimiento, para rezar en torno a
él alguna oración en familia, recordando como adoraron a Jesús en su momento
los Magos y los pastores que al mismo tiempo honraban allí también a su Madre y
su Padre quienes de rodillas y gozosos le contemplaban.
¡Feliz
Navidad!
Javier
García Barceló y Jaime García Gómez-Luengo
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si no tienes perfil como usuario pincha en anónimo.
Escribe tu mensaje e indica quién lo hace.