martes, 3 de marzo de 2015

CAMPO DE LA VERDAD

           “Córdoba por la orilla, en la corriente,/en el recuerdo vivo de este ahora,/paloma que acompaña mi deshora,/sueño de ayer viviéndome el presente./Por qué espacio del río, por qué puente/ navega este soñar, el que me dora/ con el mismo fanal de aquella aurora,/Córdoba arroyo claro, clara fuente./Por imposibles tardes, por mañanas/ de almendros floreciendo en alba pura/ vuelve el ayer y vuelve aquel camino./Tu luz imploro en esta noche oscura, /como implora la lluvia el campesino./ Córdoba entre delirios de campanas.”

Estos versos se contienen en un hermoso libro que lleva por bello y expresivo título “Campo de la Verdad”, nombre del popular barrio cordobés que asoma a la ribera de la orilla izquierda del Guadalquivir. La ciudad, en los recuerdos y sueños de ayer de la autora, permanece viva, pero la realidad presente la sitúa fuera de lugar y hace que invoque a la Córdoba eterna, “arroyo claro, clara fuente” y que implore su luz en esta noche oscura. 

La autora dedicó un ejemplar de la obra a este modesto articulista, “desde la poesía, desde la amistad”, gran e inmerecido honor que me permito hoy compartir con aquellos que nos leen.

           Esta escritora, más conocida como Concha Lagos, es Doña María Concepción Gutiérrez de los Ríos y Muñoz Torrero. La que fuera Hija Predilecta y Medalla de Oro de Andalucía en 2002, dejaba de existir el 6 de septiembre de 2007 a los cien años de edad en una residencia  de ancianos de Madrid. El acto del sepelio fue íntimo y sencillo y contó con una representación institucional del Ayuntamiento de Córdoba. La Junta de Andalucía envió una corona de flores. La Diputación de Córdoba y la Real Academia, instituciones a las que donó parte de patrimonio, siendo además miembro de la última, estuvieron ausentes.

          Concha Lagos nació el 23 de enero de 1907 en Córdoba, en la calle Uceda, y aunque afincada en Madrid mantuvo siempre viva la conexión e identidad con sus raíces. En su casa de Madrid concurrían escritores y artistas en las reuniones de “Ágora”: Aleixandre, Gerardo Diego, Ortega, Valle Inclán, Anselmo Miguel Nieto. Dirigió la colección  de libros de poesía y la revista literaria “Ágora”.

Leyendo los poemas de Concha Lagos descubrimos la añoranza del Sur, los recuerdos de la infancia, la búsqueda de la verdad y del amor:

“Córdoba estaba allí, blanca, callada, / en el ayer estaba, en mi presente,/ en amoroso cerco del ausente./ Por la sierra y el río amurallada.
Tendida en la llanura, reflejada/ en agua peregrina, en la corriente/ con su historial glorioso por la frente./  De azahares y luceros coronada.
Toda encendida luz: huertos, jardines, / rejas para el amor o para el sueño, / entre un intenso aroma de jazmines.”

Desde estas líneas queremos ensalzar su figura y recordarla frente al silencio institucional de la ciudad que la vio nacer y constituyó la principal fuente de su inspiración. Sin duda ella, sin proponérselo, ha contribuido desde la sencillez, sin engañar a nadie, a engrandecer la Córdoba que aspiró a ser Capital Cultural, siendo, como reza en la presentación del poemario Campo de la Verdad “la niña soñadora del patio del jazmín y los azahares”.
    
  
Córdoba, 1 de marzo de 2015
Francisco de Paula Oteros Fernández

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si no tienes perfil como usuario pincha en anónimo.
Escribe tu mensaje e indica quién lo hace.