Las vacaciones escolares son vistas de
distinta manera según la perspectiva de niños/as y adultos. Para los/as
pequeños son el momento de descansar, levantarse tarde y cerrar la mochila; las
esperan deseosos de desconectar, viajar, ver muchas horas de tele y disfrutar
de juegos y videoconsolas sin fin. Para las familias no son tan fantásticas
–sobre todo cuando no coinciden con su descanso laboral-, teniendo que recurrir
a abuelos/as, tatas y opciones de entretenimiento. Hay que intentar que duerman las horas
necesarias (aunque los horarios y las pautas familiares se hacen más
flexibles), deben dedicar un ratito a la lectura y a repasar los aprendizajes
del curso.
Con respecto a las actividades que se
desarrollan fuera de casa, muchos de nuestros/as niños/as participan en ellas
porque suponen un entretenimiento para ellos/as y un verdadero descanso para
progenitores y abuelos/as: los célebres campamentos. Pero no todos son
campamentos dentro de las muchas y variadas opciones. Los términos a veces se
confunden, pero todas las actividades tienen en común el entretenimiento de los
chavales y la participación en actividades enriquecedoras (aprendizaje de
idiomas, práctica de deportes, recuperación de materias/afianzamiento de
aprendizajes, formación misionera, etc):
Escuelas de verano.
También conocidas
como “colonias urbanas”.
Multitud de
colegios y centros de enseñanza lanzan su oferta cada verano, con actividades
que permiten a las familias mantener su ritmo laboral sin problemas, incluso
con servicios como transporte y comedor.
En las escuelas se pueden afianzar aprendizajes, realizar las tareas,
aprender idiomas y/o practicar deportes. El ambiente es más distendido que con
la rutina escolar, pero la distribución del tiempo es similar.
En Córdoba, tenemos
una amplia oferta no sólo en colegios, donde la gestión de estas actividades
suele ser ajena al centro, pero monitores de aula matinal o comedor suelen
hacerse cargo de éstas. Estamos también acostumbrados a que sean organizadas en
academias de idiomas, clubs y granjas escuelas. Y cada vez se están animando a
lanzar actividades de este tipo otros establecimientos, dando el toque
“temático” como centros deportivos (Go Fit) y escuelas de cocina (Escuela de
Hostelería).
Para los más peques
es recomendable participar en estas actividades, que mantienen su ritmo, les
permite estar por las tardes/noches en casa y coinciden con sus amigos del
colegio o barrio
Colonias.
Cuando el niño sale
de casa con el saco de dormir decimos que se va de campamento, pero es más correcto
diferenciar dónde se pasan las horas de descanso nocturno. Si el alojamiento es
en un hotel, colegio, albergue o lugar bajo techo, entonces es más correcto
hablar de “colonias” en vez de “campamentos”.
Son una opción
estupenda a partir de los seis o siete años, ya que se dispone de instalaciones
acondicionadas: duermen en camas/literas, disponen de baños y salas para
realizar actividades.
Son muy populares
este tipo de salidas de entre una y dos semanas, suponiendo una maravillosa
experiencia para los chavales y un descanso para las familias. Además de las
actividades propuestas por los monitores, aprenden a responsabilizarse de sus
cosas, ayudan en cocina, recogida, limpieza…
Podríamos hablar de
la oferta que hay disponible, pero nos vamos a centrar en la que tiene lugar
estos días y permite a nuestros chavales un enriquecimiento con sabor
misionero. Así que hay que destacar en este apartado el Campamento Aguiluchos
(que en verdad no es un campamento).
El Campamento Aguiluchos es organizado por
los Misioneros Combonianos para chicos entre siete y catorce años. Cada verano
se celebra en un lugar, con una temática diferente (piratas y superhéroes han
sido las de los dos veranos anteriores). Este año se está celebrando en
Almuñécar y muchos de nuestros hijos están allí: Pilar, Fátima, Marta, Gema,
María, Juan, Laura, Blanca y Andrea (espero no haberme dejado a nadie). Y
cuando se hacen más mayores, a partir de los quince años y hasta los dieciocho,
pueden asisitir al Campo de trabajo NkemboK.
Campamentos.
Sabiendo ya lo que
son las colonias, podemos deducir que en este tipo de salidas se llaman
“campamentos” cuando los chavales no duermen entre cuatro paredes. Y es así
cuando las actividades se realizan en contacto con la naturaleza y el
alojamiento es en tiendas de campaña. Nos vienen a la cabeza rápidamente los
grupos Scout, de los que nos podrían contar mucho Isaías, Gema y Rubén.
Pero no sólo hay
campamentos relacionados con actividades de cooperación, orientación y
supervivencia. Podemos encontrar también campamentos con sello misionero, como
los Encuentros Misioneros de Silos,
que están organizados por Cristianos
Sin Fronteras. Tienen el hándicap de la distancia (se celebran en esta
localidad burgalesa), pero su organización es estupenda y hay un grupo
encabezado por la familia Natera-Fijo que se desplaza cada verano desde
Córdoba. Existe la opción de participación infantil/juvenil, pero también
organizan encuentros para familias cristianas.
Otra opción cuando
van creciendo son los Encuentros en Taizé,
que les permite en un pequeño pueblo francés un contacto con gente de distintas
nacionalidades y un enriquecimiento con otras comunidades cristianas.
Estancias en el
extranjero.
Recuerdo cuando mi
hermano estuvo con una familia en Irlanda, viajó hasta allí para perfeccionar
el inglés con clases y conviviendo con lugareños. Esa opción cada vez es más
popular, ya sea alojándose en residencias (donde procuran el menor contacto
entre gente de la misma lengua de origen) o con familias. Suelen estar
organizadas desde aquí por academias de inglés y/o centros de enseñanza, que
agrupan a chavales con algún monitor acompañante. Y es que un buen nivel de
idiomas es ya un requisito no sólo para acceder a puestos de trabajo, sino para
completar la formación académica (no se puede titular en la Universidad sin haber
conseguido un nivel acreditado de B1 en un idioma extranjero).
Este verano repite
la experiencia Marcial y se ha sumado su hermana María (que va por primera
vez), así que podremos preguntarles a la vuelta cómo les ha ido en el contacto
directo con otra lengua y otra cultura.
Y seguimos subiendo
en edad. Y llegamos a las auténticas experiencias misioneras que muchos de
nosotros hemos vivido y disfrutado. Este año es Sete la que se desplaza a zona
de misión (Picota, Perú) para ser protagonista de la suya. Le deseamos mucha
suerte y esperamos sus noticias.
Y para cerrar, y ya para adultos, os dejo
una reseña de un texto que he encontrado en Internet sobre el motivo de las
vacaciones:
¡Feliz verano a todos!
Ruth López
Enlaces de interés
Aguiluchos: http://www.aguiluchos.net
Encuentros Misioneros Silos: http://www.csf.es/
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