lunes, 29 de octubre de 2018

GÉNESIS EN MONTORO

El pasado sábado 27 de octubre, tal como estaba programado, nuestra asociación llevó a cabo una visita cultural y gastronómica a la localidad cordobesa de Montoro.

Este paseo se inició en el Pilar de las Herrerías donde se pudo disfrutar de unas estupendas vistas panorámicas de Montoro, pueblo emplazado sobre un promontorio en el interior del meandro que forma el río Guadalquivir y que constituye la entrada por el sur al Parque Natural Sierras de Cardeña-Montoro.

Desde allí nos dirigimos a la ermita de San Jacinto, pequeño inmueble barroco fechado según su portada en 1778, que está en una de las plazas más céntricas de esta villa, en el Charco, muy cercana a la iglesia del Carmen. Se trata de una antigua edificación religiosa, que llegó a ser cuartel de la policía y que actualmente es el museo del pintor Antonio Rodríguez Luna.

Continuamos la visita en la iglesia del Carmen, antigua Iglesia Barroca construida a comienzos del siglo XVII, correspondiente al convento de los Carmelitas Descalzos, que en 1891 pasó a convertirse en Parroquia.

Camino de la parroquia de San Bartolomé visitamos la oficina de turismo, antigua posada en la calle Corredera. Por la cara opuesta a la entrada a esta antigua posada hay unos balcones privilegiados que miran al Guadalquivir y al puente de las Doncellas o Donadas del siglo XV que une el centro monumental con el barrio de Retamar, el otro Montoro.

La calle Corredera desemboca en la plaza de España. Allí se alzan las dos construcciones de mayor importancia en el pueblo: el Ayuntamiento y la iglesia de San Bartolomé. Se trata de una de las plazas más importantes de la provincia de Córdoba que recuerda en gran medida a la de los pueblos castellanos, toda de piedra pero de color rojizo debido a la existencia de canteras de roca molinaza, como así la llaman los lugareños. Tanto los edificios de esta plaza como casi todos los de Montoro están construidos con piedra de este color tan peculiar.

El Ayuntamiento es una edificación de carácter civil que fue construida para ser sede de las Casas Consistoriales. Sus obras se inician en el siglo XVI, reformándose la parte superior de su fachada principal en 1702. En su interior destacan tres magníficos artesonados de tradición mudéjar. En el salón de plenos pudimos descansar un poco mientras recibíamos indicaciones históricas, entre ellas el origen del topónimo de Montoro y su escudo, de nuestro guía Pedro.

La iglesia de San Bartolomé empezó a edificarse en el 1483 dentro del estilo gótico humanista imperante y no se acabó hasta siglos después en el año 1817, con la culminación de la torre. La portada principal que da a la Plaza de España es del s. XV, obra de Hernán Ruiz I. De época barroca destaca la Capilla de Ntra. Sra. del Rosario, mediados del s. XVIII. En 1817 se culmina la torre, al levantarse sobre el primer cuerpo un campanario de estilo neoclásico.

Nos acercamos a la Iglesia de San Juan de Letrán, antigua ermita del Colegio de Niñas Educandas, fundado en el año 1764. Consta de tres naves cortas  y, tras ellas, una cabecera cuadrada con cúpula y yeserías Rococó. En el altar se encuentra Nuestro Padre Jesús Nazareno y en un lateral María Santísima de los Dolores.

Tras un laberinto de calles encontramos la  Casa de la Tercia construida en 1784 por Francisco Luis de Mora como almacén para los productos procedentes de los diezmos eclesiásticos. El edificio que actualmente es el Museo del Olivo cuenta con tres naves y se organiza en altura en dos plantas. La portada principal es de corte neoclásico y da paso a un pequeño patio de entrada.

Más adelante, el Hospital de Jesús Nazareno, actual Residencia de Mayores,  se remonta al siglo XVII cuando fue mandada a construir por el Cardenal Salazar para ampliar las funciones de la Casa de la Caridad, bajo la advocación de "Jesús Nazareno", aunque sus obras se prolongaron hasta 1778. La obra se atribuye a Francisco Hurtado Izquierdo. Resalta su Iglesia de nave única y su gran patio.

Finalizamos esta jornada cultural en el Museo Arqueológico Municipal que se encuentra ubicado en el interior de la Iglesia de Santa María del Castillo de la Mota.

Ahora toca la visita gastronómica. Antes de despedirnos de estos bellos lugares hicimos un gran esfuerzo y sacrificio por trasladarnos, eso sí en autobús, hasta el restaurante Molina Plaza, edificado en un antiguo molino de aceite de 1885, que nos esperaban para hacernos deleitar de tapas y platos montoreños .

En definitiva un bonito día cultural, gastronómico y, lo más importante, de convivencia. Y con un cielo que, a pesar de todos los pronósticos meteorológicos, terminó por abrir y nos permitió disfrutar nuestro recorrido sin lluvia.

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