Abderramán I y III. Materiales de
acarreo visigodos en el primer caso, que corresponden al arco interior; y
califales en el segundo, al arco exterior.
Es la entrada a la nave axial de la Mezquita hasta la
ampliación de Almanzor
En principio no fue una puerta pues
todas las arcadas estaban abiertas. Se convierte en una verdadera puerta cuando
se tapan el resto con la construcción de las capillas de esta fachada Norte.
Es importantísima la lápida original a la derecha del arco:
“En
el nombre de Alláh, el Clemente, el Misericordioso. Mandó el siervo de Allah
Abd al-Rahman, príncipe de los Creyentes, al-Nasir li.din Allah, - Allah
alargue su existencia – edificar esta fachada y perfeccionar su solidez, como
exaltación para los ritos de Allah y preservación del carácter sacro de Sus
Moradas, las cuales “Allah ha permitido elevar para que se mencione en ella su
nombre”; por lo que espera recibir, a causa de aquello, magna remuneración y
copiosa recompensa, juntamente con la supervivencia de excelsa huella y buen
recuerdo, Y se terminó aquello, con la ayuda de Allah, e la luna de du-l-hilla
del año seis y cuarenta y trescientos
(23-24 de Marzo de 958 J.C.), bajo la
dirección de su liberto, wazir y sahib de su madina, Abd Allah ibn Bard. Obra
de Sa’id ibn Ayyub” (traducción de M. Ocaña Jiménez).
Es el único texto original conservado
sobre las intervenciones de Abderramán III en la Mezquita.
Nos dice quién: Abd al-Rahman,
príncipe de los Creyentes, al-Nasir li-din Allah. El califa Abderramán III para
entendernos.
Nos dice qué: edificar esta fachada y
perfeccionar su solidez
Nos dice cuándo: año 346 de la Hégira
En la portada dos columnas miliarias romanas
halladas al hacer los cimientos del crucero catedralicio en el s. XVI.
Abderramán III, dírham del 346 H, ceca
de Medina Azahara
Este año el rey Sancho I de León viaja
a Córdoba a rendir homenaje a al-Nasir. La recepción se realizó en Medina
Azahara, y en ella se le pidió la entrega de 10 plazas fuertes.
En 1553 Hernán Ruiz “el Viejo” realiza el pabellón que corona la portada
con un relieve de la
Anunciación de María. Las dos imágenes, Ángel y María, están
tratadas de forma individual
Como anécdota, a esta puerta se la
denomina Puerta de las Palomas en la
“Córdoba de los Omeyas” de Antonio
Muñoz Molina. Posiblemente se trate de un error tipográfico. Este asunto no ha
tenido ninguna trascendencia como sí lo tuvo el de la Puerta de San Esteban – San
Sebastián citado anteriormente.
Juan Manuel López Márquez
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