La abundancia de
monedas acuñadas en los reinados de Abderramán II y Muhammad I se invierte con
sus sucesores, con los últimos emires de Al Andalus, con Al Mundir, Abdalah y
Abderramán III.
Al Mundir tuvo un
corto reinado, dos años, del 273 al 275 de la Hégira, lo que en sí mismo es
causa suficiente para justificar la corta emisión numismática, pero a ello hay
que añadirle los escasos ingresos por impuestos consecuencia de la falta de
control del territorio.
Y con Abdallah el
descontrol de Al Andalus llegó a tal nivel que hubo momentos en que el emir
sólo dominaba Córdoba y los territorios próximos a ella.
El principal problema
le vino por la rebelión de Umar ben Hafsun, que se prolongó hasta el reinado de
Abderramán III. Ben Hafsun estableció un reino independiente en Bobastro
(Málaga). Hubo incluso acuñación de moneda por Daysam ben Ishaq que se apoderó
de las minas de plata de Tudmir (la cora de Tudmir ocupaba aproximadamente lo
que hoy es la provincia de Murcia).
Si bien el reinado de
Abdalah ocupa desde el 275 al 300 H, la verdad es que la acuñación de moneda se
paraliza totalmente hacia el 281 H con la ceca ya cerrada, y hay años
intermedios en los que no existen monedas.
Escasísimas por tanto
con Al Mundir y Abdalah.
En el año 300 de la
Hégira Abderramán III sucede a su abuelo Abdalah. Su padre, Muhammad, el primogénito
de Abdalah, había muerto asesinado por su hermano al-Mutarrif en el 277 H, pero
ya había nacido su hijo, el que después sería Abderramán III.
Y tampoco existen
monedas de Abderramán III desde el inicio de su reinado en el 300 H hasta el
316 H a excepción del algunos feluses en los primeros años.
¡16 años después del
inicio de su reinado! Podríamos decir que empleó su tiempo en apaciguar Al
Andalus, o incluso que en esos primeros años no disponía de recursos, pero hay
una coincidencia que no parece ser casual: en ese año 316 H se autoproclama
califa. Todos los autores coinciden en que fue una maniobra premeditada y que
estuvo esperando a ese momento, de forma que de Abderramán III no existen
dirhames durante su periodo de emir, y sí como califa. Y muchos.
Abderramán
III, felús del 303 H, ceca de Al Andalus
Anverso:
"No Dios sino / Allah único / no compañero para él"
En la orla se lee ".... Felus Al (Andalus)..."
Reverso:
"Mahoma / el enviado / de Allah / Ibn Bahlul"
Ibn Bahlul es Ahmad
ben Halib ben Bahlul, que en el año 302 H fue nombrado zabazoque (Inspector
general de mercados) hasta el 313 H
De este felús decir
dos cosas.
Primero que su uso era
local y restringido a las compras en el mercado y de ahí que aparezca este
personaje.
Y en segundo lugar el
adorno en forma de hélice de su anverso, que indistintamente se le encuentra
con sus aspas en ambos sentidos.
Se da la circunstancia de que ese
mismo dibujo lo encontramos en varias columnas, concretamente en el fuste, de
la Mezquita-Catedral de Córdoba.
He aquí una fotografía de una de esas
columnas del citado monumento. Corresponde a la ampliación de Almanzor, en una
nave que se encuentra con testigos de yeso para controlar posibles movimientos.
Como muy bien han apuntado diferentes
autores la diferencia de fecha entre ambas marcas es grande pues si las monedas
son de los primeros años de esa centuria del 300 de la Hégira, la marca de las
columnas es del gobierno de Almanzor, y éste inició la ampliación del templo
allá por el año 377 H (987 dC). Es decir, que la diferencia es de más de
setenta años.
No se están refiriendo por tanto a un
mismo tallista o grabador sino más bien a una escuela o taller que tuviese esta
marca como signo de identificación.
Cuando se acuña este felús Abderramán
era el emir, situación que se propongará hasta el 316 de la Hégira como hemos
apuntado, siendo pues el último emir de Al Andalus. A partir de ese momento
cambia su situación pasando a califa de Al Andalus.
Juan Manuel López Márquez
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