jueves, 13 de agosto de 2015

DOBLE RASERO

Estamos siendo testigos del ensañamiento mostrado primero por la Junta de Andalucía y ahora también por el Ayuntamiento de Córdoba contra la Iglesia.
Vamos a describir dos hechos relacionados con lo anterior y el distinto valor que se les da a las fuentes históricas, que se acomodan a los intereses de estas instituciones según les convenga.



Abderramán I. Dirham del 154 H, ceca de Al Andalus
El emir que compró el solar de la mezquita aljama de Córdoba

El primero es la compra descrita en las crónicas árabes del solar de la Basílica de San Vicente:
“En el año 169 el imán Abd al-Rahmán al-Dajil compró a los cristianos dimmíes el solar de la aljama de Córdoba, donde se alzaba una iglesia cristiana. Pagó por él cien mil dinares y lo añadió al patio de la mezquita. En el año 170 el imán puso los cimientos de la aljama de Córdoba y comenzó su espléndida construcción, en la cual gastó doscientos mil dinares sacados de los hóbices”

Al margen de que  la Mezquita fue cedida a la Iglesia por Fernando III y en el 1239 se consagra como Catedral, a ese texto se le da una veracidad fuera de toda duda. También algún autor habla de que “el emir Abd al-Rahmán, después de conseguir que la comunidad cristiana abandonara su antigua iglesia…” y que la construcción costó “ochenta mil mizcales”



Juan II de Castilla. Blanca de la ceca de Sevilla
En su tiempo se cita como de heredad del Cabildo la Huerta de Albacete

Aquí tenemos una blanca de ese tiempo, de difícil lectura (la foto tampoco hace favores)
En su anverso se lee:
"IOHANES REX CAS..."

Y el segundo la lectura de dos lápidas relacionadas con la Iglesia de la Fuensanta y los terrenos anexos.
El Ayuntamiento mantiene que” el Pocito” situado junto a la Iglesia es suyo y que ha sido usurpado por la Iglesia con la inmatriculación a su nombre.
Las lápidas dicen lo siguiente:
“Reinando Don Juan el Segundo, y siendo Obispo de esta ciudad Sancho de Rojas, fue hallada milagrosamente esta imagen en el hueco de una higuera cerca de la fuente que llaman Santa, año 1420. El Cabildo de la Catedral, en este sitio heredad suya, llamada Huerta de Albacete, le labró este santo templo”.
Hay otros documentos además de este de 1420, uno de 1624, o el Catastro de Ensenada de 1754 en el que la Huerta de Albacete se recoge como bien eclesiástico, documento que consta en el Archivo Municipal.

 Pues bien, nuestras instituciones le dan autenticidad al primer texto mientras que al segundo, no es que no se le dé sino que se pasa de él. Es como si no existiese.   

     Juan Manuel López Márquez

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