Estamos siendo
testigos del ensañamiento mostrado primero por la Junta de Andalucía y ahora
también por el Ayuntamiento de Córdoba contra la Iglesia.
Vamos a describir
dos hechos relacionados con lo anterior y el distinto valor que se les da a las
fuentes históricas, que se acomodan a los intereses de estas instituciones
según les convenga.
Abderramán I. Dirham del 154 H, ceca de Al Andalus
El emir que compró el solar de la mezquita aljama de Córdoba
El primero es la
compra descrita en las crónicas árabes del solar de la Basílica de San Vicente:
“En el año 169 el imán Abd al-Rahmán al-Dajil compró a
los cristianos dimmíes el solar de la aljama de Córdoba, donde se alzaba una
iglesia cristiana. Pagó por él cien mil dinares y lo añadió al patio de la mezquita.
En el año 170 el imán puso los cimientos de la aljama de Córdoba y comenzó su
espléndida construcción, en la cual gastó doscientos mil dinares sacados de los
hóbices”
Al margen de
que la Mezquita fue cedida a la Iglesia por Fernando III y
en el 1239 se consagra como Catedral, a ese texto se le da una veracidad fuera
de toda duda. También algún autor habla de que “el emir Abd al-Rahmán, después de conseguir que la comunidad cristiana
abandonara su antigua iglesia…” y que la construcción costó “ochenta mil mizcales”
Juan II de Castilla. Blanca de la ceca de Sevilla
En su tiempo se cita como de heredad del Cabildo la Huerta de Albacete
Aquí tenemos una
blanca de ese tiempo, de difícil lectura (la foto tampoco hace favores)
En su anverso se
lee:
"IOHANES REX
CAS..."
Y el segundo la
lectura de dos lápidas relacionadas con la Iglesia de la Fuensanta y los terrenos
anexos.
El Ayuntamiento
mantiene que” el Pocito” situado junto a la Iglesia es suyo y que ha sido usurpado por la Iglesia con la
inmatriculación a su nombre.
Las lápidas dicen
lo siguiente:
“Reinando Don Juan el Segundo, y siendo Obispo de esta
ciudad Sancho de Rojas, fue hallada milagrosamente esta imagen en el hueco de
una higuera cerca de la fuente que llaman Santa, año 1420. El Cabildo de la Catedral , en este sitio
heredad suya, llamada Huerta de Albacete, le labró este santo templo”.
Hay otros
documentos además de este de 1420, uno de 1624, o el Catastro de Ensenada de
1754 en el que la Huerta
de Albacete se recoge como bien eclesiástico, documento que consta en el
Archivo Municipal.
Pues bien, nuestras
instituciones le dan autenticidad al primer texto mientras que al segundo, no
es que no se le dé sino que se pasa de él. Es como si no existiese.
Juan Manuel López Márquez
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