“En el
nombre de Dios, bendición de Dios para el Siervo de Dios Abd
al-Rahman Príncipe de los Creyentes, ¡Dios le haga durar!, por lo
que se hizo bajo la dirección de su fatà y liberto, en el año 342,
obra de Sa´d, su siervo”
Esta
es la leyenda que aparece en la basa de esta columna. Está ubicada
en la arquería oriental de la nave central del Salón Rico de
Abderramán III
Abderramán
III, dirhem del 342 H, ceca de Medina Azahara
Las
piezas numismáticas ya comienzan en este año a simplificar los
adornos, lo que se generalizará en los años siguientes hasta la
muerte del califa. La causa podría estar en el gran número de
piezas acuñadas, lo que exigiría rapidez en la construcción de los
cuños. La riqueza de las arcas del Estado llega a su cénit.
“En el
nombre de Dios, bendición de Dios para el Siervo de Dios Abd
al-Rahman Príncipe de los Creyentes, ¡glorifíquelo Dios!, por lo
que se hizo bajo la dirección de Sunayf, su siervo, en el año 343”
Este
capitel corintio se encuentra en el Salón Rico de Abderramán III,
forma parte de la pilastra del vano de acceso a la sala lateral
sureste.
Abderramán
III, dírham del 343 H, ceca de Medina Azahara
Aquí
tenemos ya lo que apuntábamos en el dírham anterior: simplicidad, y
adornos los justos.
Capitel de
Medina Azahara del año 362 H
Museo
Nacional de Kuwait
Este
año llegan a Medina Azahara los embajadores enviados por Navarra,
Galicia y León para renovar los pactos existentes.
Las
monedas de este año son escasas, y puede deberse al envío de
grandes cantidades de dinero a África donde se habían producido
derrotas que obligan a destinar allí al General Galib y a Abi Amir
(el futuro Almanzor) como cadí supremo. El mantenimiento del
ejército enviado pudiera ser la causa de la baja producción de la
ceca de ese año.
La
construcción de Medina Azahara fue realizada por los Califas
Abderramán III y Al-Hakem II. A partir de ahí, con Hixén II, se
detiene. ¿La causa? El verdadero dueño del poder es ahora Almanzor,
que retiene al califa en la ciudad rodeado de lujo y placeres, y él
construye otra, Medina Al-Zaihra, en el lado opuesto de Córdoba y
que se convertirá en el nuevo centro de poder. Y la ceca vuelve a la
ciudad de Córdoba con su nombre clásico, Al Andalus.
Juan
Manuel López Márquez